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Liderazgo y Agilidad, el nuevo rol
Como hemos visto en las anteriores entregas de agilidad estratégica, esta nueva perspectiva de estructura y funcionamiento organizacional esta siendo cada vez mas relevante, debido a la aceleración de los cambios, el surgimiento de competidores dispuestos a desafiar cualquier mercado, la evolución de la tecnología y de las necesidades y expectativas de los clientes, diagnostico tremendamente agravado en medio de la pandemia del COVID-19, ratificando la necesidad de incorporar capacidades que les permitan a las empresas ser más flexibles y adaptativas, capaces de responder y sostenerse en medio de la turbulencia. Puntualmente el modelo ágil ofrece una nueva dinámica capaz de aumentar la productividad y la satisfacción de los colaboradores, redefiniendo los roles y responsabilidades de líderes y equipos de trabajo, aumentado la colaboración, la autogestión y la experiencia organizacional, replanteando la forma en que se realiza la planificación, los presupuestos y las interminables aprobaciones, y poniendo como centro el valor y las prioridades que buscan los clientes, haciendo que la organización las incorpore rápidamente al mercado.
En esta oportunidad, les presentamos el rol de los lideres y la alta dirección en estructuras agiles, una posición fundamental que en este tipo de modelo cambia radicalmente, despertando la necesidad de fortalecer o desarrollar habilidades como la negociación, la flexibilidad y el pensamiento sistémico, además de requerir un profundo conocimiento del entorno, sus retos y las capacidades de la organización, para en conjunto lograr el máximo aprovechamiento de los recursos, el conocimiento y el talento con el que cuentan, para así conformar equipos interconectados e interdisciplinarios, que enriquezcan cada proyecto por desarrollar.
Sabemos que darle la vuelta al estilo de liderazgo en nuestras organizaciones no es tarea fácil, se trata de desmontar un pensamiento arraigado de varias décadas, que fueron tremendamente exitosos en su momento
Es importante destacar la gran necesidad de cambio en el modelo de liderazgo. Muchas empresas mantienen estructuras en las que este rol giran en torno a marcadas acciones unidireccionales, donde los colaboradores no tienen mucha injerencia, pasando gran parte del tiempo en ejecutar fielmente mecanismos de seguimiento, control y rendimiento financiero. Hoy las organizaciones abocadas a perseguir diferentes objetivos, como la innovación y la adaptación a nuevos escenarios, exigen un nuevo estilo de liderazgo que dinamice y viabilice nuevos modelos que impriman la velocidad necesaria del cambio.
En un ejercicio sincero, sabemos que darle la vuelta al estilo de liderazgo en nuestras organizaciones no es tarea fácil, se trata de desmontar un pensamiento arraigado de varias décadas, que fueron tremendamente exitosos en su momento, trayendo crecimiento y prosperidad a las empresas, sin embargo, el primer paso es aceptar que la velocidad del cambio que amenaza a las organizaciones es una señal inequívoca para hacer las cosas de forma diferente. Por tanto, es momento de que los lideres realicen un proceso de auto reflexión y conciencia en pro de cambiar el comportamiento, la forma de gestión y relacionamiento dentro los equipos de trabajo, mediante la generación de confianza, el fortalecimiento del lenguaje positivo, aumentando la escucha y el trabajo colaborativo y bidireccional.
Uno de los principales cambios de paradigma que se debe trabajar en los lideres es la postura de definir casi exclusivamente lo que debe hacerse, para luego asegurar que los colaboradores lo realicen al pie de la letra, casi como una carta detallada de instrucciones, centrando sus esfuerzos básicamente en vigilar que su grupo no cometa errores y no eche a perder el trabajo delegado.
A continuación, les compartimos tres principios que ayudaran a los lideres a reconfigurar su estilo de liderazgo, dando un buen arranque al modelo ágil en las organizaciones:
Sin lugar a dudas el cambio y la adaptación son retos que ponen de cabeza el pensamiento de los colaboradores, lideres y la organización en general, allí el mejor consejo para la implementación de modelos más agiles, es el de empezar, lanzándose al menor marginalmente, con equipos pilotos para así aprender, reconocer el mejor camino y la formular particular que se adapte al ADN de la organización, para así con los primeros buenos resultados perder extrapolarlo, recodificando las capacidades de la organización, indispensables para competir en el escenario actual.
Algunas fuentes que utilizamos para realizar este articulo fueron: